TAREA PARA LOS MAESTROS

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opinion en pendulo de chiapas

¿Quién es quién?

Hay que ver la cantidad de discursos que hemos escuchado, de mensajes vagos que se han compartido, sobre la importancia que tienen los docentes; esto sí es resiliencia, no querer ver las cada vez peores condiciones en que se desenvuelven los maestros, sobretodo el nivel de estrés que ya impera en cada uno de ellos. Pero ojo con esto, las maestras y los maestros tienen una gran responsabilidad, hacer algo por este mundo en peligro de muerte.
Se ha dicho que la humanidad hoy se enfrenta a dos grandes desafíos: reconocer que compartimos un destino común y garantizar a través de la educación, la participación productiva de la sociedad. No obstante éstos resultan ser enormes, y difíciles de alcanzar; porque aún no se reconoce que debemos enfrentar juntos los graves problemas de la humanidad y porque educar a la sociedad sigue siendo un proceso lento e insuficiente.
Se ha divulgado también que los países más prósperos, han aplicado ciertos PRINCIPIOS que deben regir la justicia social y la regulación medioambiental, para preservar el medio ambiente, estabilizar a la población mundial, reducir la brecha entre ricos y pobres y poner fin a la pobreza extrema. Sin embargo para las autoridades mundiales, tales principios aún siguen estando en el centro de las preocupaciones; lamentablemente porque la descomposición de la sociedad (por distintos criterios) impide que se alcancen.

Jeffrey Sachs, considerado el economista más importante del mundo por The New York Times, escribe: “En el siglo XXI, nuestra sociedad global prosperará o perecerá en función de nuestra capacidad de descubrir en el mundo elementos de coincidencia acerca de un conjunto de objetivos compartidos y de los medios prácticos con que alcanzarlos.” En distintas palabras, si no queremos perecer no deberíamos vivir aislados; y si queremos prosperar deberíamos ser partícipes de nuestra formación.

Y sin embargo, los seres humanos aún no reconocemos que cooperar globalmente es transcendental para el bienestar de todos, porque no compartimos la necesidad mediante el trabajo en común y nuestra formación no nos ha permitido participar productivamente en la sociedad. Deberíamos usufructuar el aire, el agua y los recursos de nuestros territorios pensando en el bien común, pero sólo hemos logrado prosperar aisladamente; y a cuenta de que contaminemos el viento, la lluvia y los ríos; a cuenta de que los delitos, la inestabilidad y las enfermedades, incrementen sin que podamos evitarlo.
No hemos comprendido que las carencias, enfermedades y hambre entre las personas, son las consecuencias por carecer de un objetivo común. Hicimos llorar a la Tierra por los agravios que le hemos provocado, por el uso irresponsable y el abuso de los bienes. Nos creímos pro¬pietarios y dominadores de la tierra, con autorización para explotarla y emprender la guerra, quebrantando las leyes y creando un desequilibrio para todos. Y en vez de construir los instrumentos para la paz social y la prosperidad, terminamos confrontados.

Por lo que, la colaboración mundial se ha convertido para la humanidad, para cada uno de los seres humanos que poblamos este planeta, en una tarea urgente, en una necesidad apremiante; acaso, sea la última oportunidad que tenemos de hacer algo por ella. Y, en esta suma de voluntades, también necesitamos reconocer que nuestro objetivo común debe rejuvenecerse con la participación modernizada, generalizada e innovadora de las maestras y los maestros.

Por ello la voluntad, el esfuerzo y dedicación, a pesar de las peores condiciones en las que ahora vive el magisterio, serán claves para salvar este mundo de la destrucción, para contribuir en la construcción de un mundo mejor, uno que realmente les podamos heredar a las nuevas generaciones. Enfrentar estos grandes desafíos, es la tarea que los maestros tienen por delante; de lograrlo, acaso a ellos les deberemos la sobrevivencia.

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