opinion en pendulo de chiapas

¿Quién es quién?

Seguramente el próximo día de los Santos Inocentes, los tuxtlecos habremos de encontrarnos con noticias que van a ser manejadas como bromas de buen gusto, a sabiendas que distan mucho de convertirse en realidad. Esas falsas noticias que la prensa se ha encargado de publicar año con año en la citada fecha, no son más que el reflejo de las frustraciones de una sociedad que anhela la justicia verdadera y la aplicación de todo el peso de la ley en contra de quienes han defraudado la confianza de la gente y han gozado de abierta impunidad a pesar del cúmulo de denuncias, señalamientos y evidencias de los delitos cometidos desde la función pública.
En este tenor, podemos referirnos a los expresidentes municipales a quienes la ley no toca ni con el pétalo de una rosa. Gobernadores van y vienen, pero el ritual de la impunidad continúa intacto, uno sobre otro, en una evidente correlación de intereses, protegen a sus esbirros y apuestan por una regla de oro no escrita pero expresada en el pase libre que los exalcaldes cercanos a los gobernadores en turno disfrutan.
Queda claro que hay municipios en los que decide el dedo del poder y no el voto popular, como Tuxtla Gutiérrez, la capital que inspira un marcado desencanto hacia la democracia y la legalidad. No es exagerado decir que la simulación electoral se resume en la imposición de alcaldes que parecieran trabajar bajo instrucción para operar el saqueo, trienio tras trienio, es la misma chucha, solamente revolcada.
+Yassir, la ley que se tuerce
Yassir Vázquez Hernández, pasó de ser un exitoso vendedor de discos piratas a chofer de un renombrado político de origen priista. Luego, sus dotes de adulador lo llevaron a ganarse el visto bueno del Juan Sabines Guerrero, quien supo premiar a todos aquellos que patrocinaron sus vicios y excesos cuando apenas y tenía para una botella de alcohol de 96 grados.
Ser allegado al exgobernador, le permitió arribar a la presidencia municipal de Tuxtla, sin más mérito que haber sido el carga maletas y dealer de un nefasto político que con el polvo en la nariz no pudo ver más allá, y echó por la borda la confianza y el cariño que muchos y muchas depositaron en su persona. Yassir terminó por operar una estafa maestra, con la obra “Que viva el centro de Tuxtla”, desfalcó que costó 200 millones de pesos al erario público y por el cual, no hay consecuencias penales ni sanciones administrativas. Por el contrario, se mueve como pez en el agua en el estado de Puebla ya como funcionario de la Secretaría de Transporte de aquella entidad, ahora bajo el cobijo de Miguel Ángel Barbosa, un farsante que navega con la bandera de la 4T pero que es igual o peor que el gobierno que se propuso combatir, a sangre y fuego.
+Fercaca, alfil y consolador
Luego de la estafa maestra operada por Yassir Vázquez, llegó el tiempo de Fernando Castellanos, el muñeco consentido de Manuel Velasco, quien era consuelo y desfogue cuando azotaban momentos de estrés y descontrol en el exgobernador. Al igual que Vázquez Hernández, cuyo único mérito había sido alimentar los vicios y los excesos del bastardo, Fercaca se convirtió en especie de esparrin para Maveco.
Cuentan que el precio de la alcaldía de Tuxtla fue tan alto como tan bajo, al grado de permitir mentadas de madre, insultos y bofetadas. Al final, Fercaca se convirtió en el mejor consolador del exgobernador, sobre todo cuando, muy por encima de sus intereses, se vio en la necesidad de colocar un alfil como candidato del Partido Verde a la gubernatura del estado, tras verse obligado a brindar toda la estructura operativa y financiera al partido de López Obrador, con quien se dice pactó impunidad y continuidad de sus privilegios, entre estos, una curul en el senado de la República.
Esto significó también la protección para Fernando Castellanos, cuya administración municipal, incurrió en diversas y probadas irregularidades, entre estas, desvío de recursos y pago de facturas a empresas fantasma. El mismo Paco Rojas, regidor del actual Ayuntamiento, denunció en abril del 2019, que tan solo durante los meses de enero a abril, existía una anomalía de 33 millones de pesos en el gobierno de Fernando Castellanos, con cheques de asesoramiento de empresas que no existen, incluso algunas con firmas que “no coinciden».
Al paso de los meses, estas denuncias han pasado a un archivo muerto ante el cual casi todos guardan silencio de acuerdo a los intereses personales que los guían. Así es el ritual del poder en Chiapas. La aldea no puede darse el lujo de abrir la caja de pandora. Los secretos de familia, son secretos de Estado.

+ANCLAJE
Que con la salida de Ismael Brito Mazariegos de la Secretaría General de Gobierno, muchos de los que hace unos meses se decían asiduos defensores de un Chiapas Unido, han comenzado a dirigir sendas desbandadas y retornos pródigos al partido que los vio nacer, crecer y migrar hacia una tierra prometida ahora muy lejos de la realidad. Por lo pronto, ya se vislumbraba un venado negro que desde los rumbos de La Concordia ha vuelto a los senderos del señor, sí, del señor Santo Domingo, trascendió.

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