Quién es Quién

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opinion en pendulo de chiapas

Noé Farrera Morales

Carta al multiverso de Plácido Morales

Estimado magistrado o magistrade, con eso de que usted es ahora el chile de todos los moles, arroz de todos los cochitos, y el oxígeno de todos los tanques, y se pone todas las banderas que se le aparecen, pues uno ya no sabe cómo dirigirse. Sirva la presente para saber una duda que nos mata a muchos, y es sobre las pintas de las bardas. Ya ve que dijo que no era ese Plácido que las pintas decían que usted era. Perdone que parezca trabalenguas, o refrán barato, pero así se entendió en aquella ocasión cuando le preguntaron y tratando de lavarse las manos como Poncio Pilatos, o como carnicero que quiere quitarse la grasa del cochi tras la matanza, categóricamente y con una seriedad pulcra, dijo que no era usté ese que las bardas dicen. Punto. Y es acá donde la pregunta nace porque las encuestas dicen que el Plácido de las bardas lleva su ventaja, pero como no es usted ese que lleva la delantera, según, claro, el que pagó la encuesta, partiendo de que el que paga manda, pues no sabemos si felicitarlo por ese triunfo mediático (que no significa nada) al magistrado o a ese espectro que aún no asoma el rostro, pero que parece un chiste mal contado de los multiversos.

Ya Shakespeare nos deleitaba con el ser o no ser, en una de sus emblemáticas obras de la dramaturgia, hasta que vino usted con su bigote medio cano y la mirada como de dormido, escudado bajo los lentes, a decir que hay otro Plácido Morales, en otro universo paralelo, en otra realidad alterada, en otro esquema, y que también tiene suspiraciones y aspiraciones políticas, y que también, valga la sentencia condenatoria como maldición plácidamente señalada, se va a quedar con las ganas y a morir sin alcanzar ese sueño de ser gobernador. Porque hay que decirlo, magistrado, el que nace pa maceta no pasa del corredor. Pa muestra su carrera. Ya que ni con todas las ínfulas de poder que cacaraquea, ni con todas las relaciones de poder alcanzadas en todo este tiempo de andar como chapulín salte y salte, haciendo bullo como chucho de patio a ver si le lanzan alguna migaja, le da para poder ser gobernador de nuestro Chiapas. Honestamente no sé cuánto se haya gastado en las pintas de todas las bardas emulando a Claudia Sheinbaum, pero es dinero tirado porque a lo mucho, si le va bien, podrá negociar otro espacio de becas para su hija en cultura (dicen que ya le consiguió la beca para la maestría en Cesmeca) y un hueso para algunos de los suyos más, su yerno, por ejemplo, que llega a estar custodiando a su hija allá en cinco de mayo sin hacer nada más. No hay de otra, magistrado, pa que darle más vueltas al asunto. Hay realidades tan obvias y lecturas tan claras que solamente quien quiere vivir engañado no ve y lo sabe.

Lo cierto es que ya debería de dejar echando a ladrar a sus perros en las redes, porque hasta en ellos no hay peso. Puro soflameros y espanta bobos. Apantalla… le llamaban algunos amigos. Porque ni si quiera eso le suma. Uno ve los nombres que van a competir en las encuestas y sabemos, de antemano, que usted no cuenta con el apoyo de los consejeros reales. No figura entre la fuerza que tienen los que se midieron en las encuestas hace no mucho. Y siendo aún más honesto, viendo su nombre y trayectoria, la apuesta suya siempre ha sido ser esa maceta decorativa de los pasillos de los grandes corredores. No le da para más. Y no es nada personal, magistrado, como dijo usted la vez pasada, no es nada personal, repito, es sólo acentuar las íes y poner los puntos y comas donde se necesitan para dejar de estar vendiéndole humo a la gente. Porque entre ser y no ser, cuando se trata de política, no es sólo elegir ser, sino construir desde abajo para poder ser. Y no hay estructura, capital tal vez sí, no lo dudo, con todos estos años viviendo del erario, pues creo que ha logrado amasar una buena lana. Pero no tiene un equipo, y para colmo es desangelado como candidato. Vamos, mire los rivales y vea que su imagen es parca y gris. Y ojo, nada tiene que ver con la edad, pero esa idea de querer mostrarse culto, de vender conciertos plácidos para la gente, pues nomás cómo que son de esas estrategias desesperadas o patadas de ahogado.

Así que, usted dirá, magistrado. ¿Es o no es el de las bardas?, ¿va adelante o no va adelante en las encuestas que usted o el otro que no es usted, pagaron?, ¿hay dos Plácidos o sólo uno que busca por miedo a las multas querer burlar la ley siendo magistrado? Porque ese el punto final. Un magistrado, un representante de la ley, un defensor de los derechos laborales, un hombre que debe predicar con la congruencia y la ética requerida para esos espacios, promotor de la cuarta transformación en Chiapas, un magistrado federal, pasándose las leyes electorales por el arco del triunfo, jugando a hacer política sin el mínimo pudor y burlándose de todo y todos. ¿Qué puede aportar el cinismo en persona cuando como magistrado está buscando usar ese espacio como trampolín político y se lo ha dicho a los amigos con los que reúne, y con quienes cacaraquea que tiene el respaldo del propio presidente para alcanzar sus aspiraciones políticas?

Lamentable el actuar del doctor que plácidamente se deslinda de su nombre y de sus bardas, y que reniega de sus encuestas, y que dice que no es lo que todos sabemos que es, aunque no quiera ser. Lo único que sí sabemos es que Plácido no es ni será gobernador. Eso sí es una ley. No es ni será, ni hoy, ni mañana, ni nunca. Arrivederci, magistrado. Nos leemos mañana.
Anclaje
Unos caminan las playas,
otros plantan arbolitos,
se muestran con sus agallas
comiendo en los mercaditos.

Todos buscan ya su hueso,
no les queda elección,
con el agua hasta el pescuezo,
les aumenta la presión.

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