Calera se resiste a morir en Chiapa

A un año de que se diera el cierre de manera oficial, luego de que la CNDH, emitiera ante el incumplimiento de una conciliación por la violación al derecho humano a un medio ambiente sano, aún la región no ha tenido un mejoramiento ecológico

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La empresa Cales y Morteros del Grijalva, situada en Cahuaré, y que fue clausurada definitivamente, no ha entregado la zona territorial que corresponde al gobierno federal, ni ha iniciado el desmantelamiento de su empresa.

A un año de que se diera el cierre de manera oficial, luego de que la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), emitiera ante el incumplimiento de una conciliación por la violación al derecho humano a un medio ambiente sano, aún la región no ha tenido un mejoramiento ecológico.

La población lamentó que se haya hecho tardía la acción, porque el arroyo que cruzaba al margen de la fábrica, hoy solo queda las piedras pero de agua ni en la temporada de lluvias, lo mismo pasa con las plantas y árboles que en esta parte se sostienen de color blanco.

Los pobladores dieron a conocer que por poco más de 50 años se tuvo que soportar a la empresa, porque las afectaciones a la salud fueron muchas, los niños y adultos mayores principalmente, se enfermaron de los pulmones por la inhalación de cal que se esparce por el aire.

Los vecinos también argumentaron que sus viviendas presentan aunque pocas, pero cuarteaduras, ya que dinamitó constantemente el cerro, por ello para mitigar, ofrecieron empleo a los ribereños de Chiapa de Corzo, para así, evitar que se diera lo que finalmente sucedió.

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