¿Quién es quién?
Es impresionante como la clase política de Chiapas ha perfeccionado el arte de mentir y manipular la voluntad de los ciudadanos. Cada vez que se asoman los tiempos de campaña, los de siempre, los demagogos y cínicos, dinosaurios y juniors; aparecen y reaparecen para volver a prometer las perlas de la virgen y demás barbaridades.
Los políticos que no se identifican con los problemas y las necesidades de la población tienden a manipular todo para lograr sus fines, principalmente cuando buscan el apoyo entre la gente.
En todos los partidos de todos los colores, vemos cómo sus dirigentes siguen con la misma farsa de siempre, engañando a la gente; ésta, que noble e inocentemente les presta atención, al paso del tiempo lo comprueba.
Ejemplo claro el de Zoé Robledo, quien le dijo a Doña Chonita -una vendedora tradicional del marcado de Chiapa de Corzo- que traían un mensaje y una esperanza, cuando andaba en búsqueda de la diputación federal hace tres años, y que iban a regresar “aunque sea a comprar pan”.
Y es que así como el actual Director del IMSS, todos los candidatos de todos los partidos no han tomado en cuenta a los ciudadanos como personas, como sujetos conscientes y tampoco los han ayudado a tomar conciencia de su necesidad de organizarse para defender sus derechos, para defender su país y construir una sociedad mejor.
Lo que pasa, es que estos descarados personajes desconocen totalmente los problemas y necesidades de la población; son en realidad, simples repartidores de propaganda política. Porque si de verdad quisieran un cambio, un cambio verdadero como dice uno de tantos slogans, deberían dedicarse a educar a la población y no andar queriendo manejarla.
Por eso el pueblo como bien sabemos, está harto de lo mismo y de los mismos, de personas inútiles como un sello por triplicado diría Sabina, ocurrentes en el discurso pero que no le han servido al pueblo para nada, sólo para aprovecharse de él; porque un buen guía no debe prometer, debe llevar a sus discípulos como dice Osho Rajneesh “tan lejos como él mismo ha llegado”.
Pero hemos visto todo lo contrario, se van tan lejos que nunca más los vemos regresar, cuando menos por un turulete ¿o sí?